Cuáles septenios de tu vida son mejores para empezar un negocio

La teoría de los septenios es uno de los pilares en que se apoya la antroposofía, línea de pensamiento filosófico cuya figura central es Jesús, creada por Rudolf Steiner, en la cual se divide el desarrollo de un individuo en ciclos de siete años, desde su nacimiento hasta el momento de su muerte. Dentro de su cosmovisión del ser humano y su desarrollo espiritual, se establecen determinadas características para cada septenio.

Más allá de la polémica acerca de si la antroposofía es una secta con todas las suspicacias que eso representa. Lo cierto es que se encuentra extendida por todo el mundo con áreas de aplicación en muchos campos.

En ese sentido, nos preguntamos cuáles septenios podrían ser los más ventajosos para quienes desean comenzar un negocio, especialmente en estos momentos de crisis económica.

Del primer al tercer septenio

De acuerdo a Steiner, los tres primeros septenios son del desarrollo del cuerpo físico y astral por lo que el individuo no tiene el nivel adecuado de desarrollo para dedicarse a los negocios ni interés en iniciar una empresa, aunque sabemos que existen excepciones de menores de 21 años que emprenden negocios exitosos.

Por otra parte, si un niño muestra interés por desarrollar un plan de negocios, o es capaz de detectar alguna necesidad en el mercado y la emprende, entonces, aunque falle, obtendrá las nociones básicas para poder emprender en un futuro.

Cuarto septenio

En el siguiente septenio, comprendido entre los 21 a los 28 años, el individuo comienza una etapa de autodominio y autoafirmación. Comienza, por lo general, su vida social y laboral. Muchos de ellos sueñan con ser sus propios jefes así que es muy probable que emprendan algún tipo de negocio, principalmente en momentos en que existe cierta inestabilidad laboral.

No obstante, el problema de emprender un negocio tan joven es que existen algunos factores en contra con los cuales tiene que enfrentarse para resolver o evitar como, por ejemplo, no tener ni el dinero ni la experiencia para identificar un negocio rentable, así como el crédito que puede requerir su negocio.

Sin embargo, la misma juventud les provee de diversos puntos positivos como la capacidad para arriesgarse y recuperarse si se presenta el fracaso ya que se tiene mucha energía, entusiasmo y optimismo. Por otra parte, a esa edad se es muy creativo, tal como lo confirman muchos autores y creadores que se estrenan con su primera gran obra en ese rango de edad.

Este septenio es ideal para crear conexiones que puedan ser de utilidad para emprender un negocio en el futuro. A esta edad se es muy bueno entablando relaciones de amistad y es una gran oportunidad para el joven con alma de emprendedor de establecer lazos y nexos con empresas o jóvenes entusiastas como ellos.

Entre el quinto y el séptimo septenio

Los septenios comprendidos entre los 28 años y los 49, si nos basamos en lo establecido por Steiner, son los mejores para emprender un negocio, puesto que él considera que a partir de los 28 se desarrolla una fase de máximo desarrollo. No por nada se citan como ejemplo a Buda, quien a los 35 alcanzó la iluminación y con una edad semejante Jesús llega al momento culminante de su obra en esta vida.

Las razones para considerar los septenios comprendidos entre el quinto y el séptimo, es decir, de los 28 a los 49, como los mejores, son variadas pues la persona está en ese momento en el ápice de sus capacidades físicas y mentales. Ha acumulado experiencias y habilidades de sus trabajos anteriores y se ha formado en una carrera u oficio.

En este momento de su vida la persona sabe lo que le gusta y lo que no, está al tanto de los avances tecnológicos y probablemente los maneje muy bien, ha logrado experiencias que le ayudan a percibir cuál es la mejor oportunidad de negocios según las necesidades del momento. Posee algunos activos y crédito. Tiene confianza en su trabajo y sus capacidades, además de que ya ha logrado algunas conexiones.

En este sentido, las conexiones son muy importantes porque le ayudarán a traer clientes a su emprendimiento o sabe cuáles son los mejores proveedores de mercancía que requiera su negocio. Un individuo que ha realizado un excelente trabajo en la empresa en la que trabajaba para otro, puede lograr atraer a los clientes que conocen su trabajo.

Por otra parte, las capacidades físicas son muy importantes principalmente si el emprendimiento requiere algún esfuerzo físico, como un taller mecánico o servicios de albañilería. Por supuesto que existen riesgos, pero en estos septenios los riesgos son menores debido a las habilidades, el dinero y la suficiente juventud como para recuperarse y volver a intentarlo.

A partir del octavo septenio

Por su parte, el octavo septenio, que va de los 49 a los 56 años, tiene muchas de las ventajas de los anteriores, la persona ha acumulado experiencias, sabe lo que quiere, tiene crédito, contactos y otras ventajas, pero disminuye su capacidad de identificar el negocio oportuno y no está muy al tanto de los avances. Aunque puede que su idea sea exitosa, su vitalidad está en declive y no le será tan fácil recuperarse emocional y económicamente si falla.

Los Septenios siguientes tienen muchas de las ventajas del anterior, con la desventaja del decrecimiento de la vitalidad para ciertos emprendimientos por lo que son más propicios los negocios que requieran poco esfuerzo físico, y estén más inclinados a la creatividad, por ejemplo, la pastelería, publicidad, etc., donde el empresario ponga en marcha sus ideas y todo el bagaje de conocimientos adquiridos con los años.

En resumen, aunque las edades ideales para emprender un negocio se ubiquen entre el quinto y séptimo septenio, la realidad es que intervienen una serie de factores determinantes al comenzar un emprendimiento. Además de la experiencia que es fundamental, también lo es contar con las herramientas adecuadas desde temprana edad. La perseverancia es otra herramienta fundamental ya que el camino de un emprendimiento exitoso no es sencillo de seguir. Así mismo, la motivación y la vocación también juegan un papel importante.

Finalmente, no sabemos cuándo llegará la inspiración. No importa si ya superaste el octavo septenio, la mejor edad es cuando existe la determinación de enfocarnos en nuestro negocio y llevarlo a cabo, independientemente de nuestra edad.

Fuentes: Plazabierta.com, Cuerpomente.com, Score.org-resourse, Forbes.com.mx